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El Espía desconocido: La historia de cómo el alférez de fragata Eduardo Barrios Coloma intentó venderle información a Chile en 1989

El Espía desconocido: La historia de cómo el alférez de fragata Eduardo Barrios Coloma intentó venderle información a Chile en 1989

Empezó el 29 de noviembre de 1989. Dos días antes, una persona había dejado un sobre en la sede de la Embajada de Chile en el Perú. El file de manila estaba dirigido al agregado naval chileno con el sello de estrictamente personal. El remitente era el mismo hombre al que la Dirección de Inteligencia de la Marina (Dintemar) había estado siguiendo por algunas semanas. Pero las sospechas solo se confirmaron aquel 29 de noviembre, durante la feroz campaña electoral por la presidencia del Perú. Sí, era Eduardo Barrios Coloma. Era el traidor.

La historia es recordada por el periodista Ítalo Sifuentes, quien viene siguiendo el caso del alférez de fragata AP (Armada Peruana) Eduardo Barrios Coloma, sentenciado a 28 años de prisión por traición a la patria en 1989. Veinte años después, a fines del 2009, el caso del suboficial de la FAP (Fuerza Aérea del Perú) Víctor Ariza sitúa la historia en la agenda noticiosa y dibuja inevitables paralelos. Como Ariza, Barrios Coloma tenía apuros económicos. O al menos eso alegaba.

Eran los últimos meses del primer gobierno de Alan García. Barrios Coloma era oficial del Departamento de Comunicaciones del BAP Paita, un ex buque estadounidense que había operado en el Caribe durante la crisis de los misiles en Cuba bajo el nombre del USS Walworth County. Antes de pasar por la Embajada de Chile, el alférez de fragata había retirado “dos hojas mimeografiadas con los formatos XC-305 y XC-306”, precisa el periodista Sifuentes. “Estratégicos documentos que contenían la Relación de Grupos Clave para el elemento 700-Clave General Nº de registro 845 y la Relación de Grupos Clave para elemento 700-Clave Operaciones Navales Nº de registro 557”. Es decir, información en torno a los sistemas de comunicación y navío del Perú.

Una vez identificado y con el fusilamiento en 1979 del suboficial de la FAP Julio Vargas Garayar aún fresco en la memoria colectiva, la Dintemar preparó un operativo de contraespionaje. Ya no había pena de muerte para los delitos de traición a la patria. Pero seguía habiendo espías. Barrios Coloma, al igual que Vargas Garayar, había acudido por cuenta propia a la embajada chilena. Según dijo en ese entonces, para resolver sus compromisos económicos.

El plan para capturar a Barrios estuvo dirigido por un capitán de navío. Bajo su mando, tres oficiales aprendieron el acento y los usos militares sureños. Ellos se hicieron pasar por los agentes de inteligencia chilenos Patricio, Enrico y Sergio. El primer paso fue llamar a Barrios Coloma, a las 18:00 horas del 1 de diciembre de 1989. Patricio levantó el auricular y marcó: 401355. Ante la suspicacia del alférez de fragata, una segunda llamada tuvo que hacerse el 4 de diciembre. Nuevamente, Barrios Coloma insistió en tener una entrevista personal en lugar de una conversación telefónica. También exigió la devolución de los documentos entregados en la embajada, según dijo, de forma inconsciente, pues estaba “de pasada en la zona”.

La entrevista personal fue pactada para el día siguiente, el 5 de diciembre de 1989, en el café Haití de Miraflores. Para ser fácilmente reconocido, Barrios Coloma anunció la vestimenta que llevaría: camisa blanca y lentes de sol colgados al cuello. Por su parte, el agente Patricio le reveló las características del agente Enrico. “Al Haití iría una persona de 1.67, de tez blanca, pelo negro lacio, y 45 a 47 años de edad”. En sus manos, un sobre de manila.

Una vez en el café, Barrios Coloma explicó su situación frente a una gaseosa y una grabadora que no supo distinguir. Estaba a punto de ser desalojado de su casa, y su economía familiar no era precisamente boyante. Pidió US$ 22 mil por la información entregada, y ofreció otros documentos que comprometían la seguridad del Perú. “El Plan de Acción Inmediata, los Procedimientos Operativos Vigentes, los cinco dígitos del elemento Clave 205 o cualquier otra información que se le solicitase”, agrega Sifuentes. Casi al finalizar el encuentro, el agente Enrico le entregó a Barrios Coloma unos documentos idénticos a los formatos XC-305 y XC-306. Eran copias.

El 6 de diciembre del mismo año, una tercera llamada hizo la contraoferta: US$ 11 mil por la información en juego. El 12 del mismo mes, una cuarta y última llamada a las 18:30 horas pactó la cita de entrega para el día siguiente, es decir, el 13 de diciembre. El intercambio se iba a llevar a cabo a las 14:00 horas dentro de una camioneta Bronco con placa XB 1836 pintada de negro con plateado, estacionada en la parte sureste del Parque Salazar, detrás de un kiosco. El agente Sergio (de más o menos 40 años, tez blanca, terno, gafas oscuras y bigote) llevó el dinero. US$ 11 mil previamente fotocopiados que servirían de prueba en el juicio posterior.

La captura se realizó en el mismo Parque Salazar. Aproximadamente a las 14:40 horas, Barrios Coloma fue detenido dentro de la camioneta, frente a la presencia de un fiscal de turno y un juez instructor de la zona judicial de la Marina de Guerra del Perú. Al elaborar el parte, se consignó que el alférez llevaba camuflado en su portaternos de plástico color azul el código operacional Chess edición 1980 (con número de registro 079) rotulado como “estrictamente secreto”, una copia del mensaje naval 122122 de diciembre de 1989 rotulado como expediente “secreto” y una tabla de sustractores para uso de la cadena numérica del Código Chess con la comunicación 1325 del año 1983 (número de registro 082), también “estrictamente secreto”. Además, había llevado el Plan Logístico inicial del Teatro de Operaciones Marítimo Colomar Nº 01-89, ejemplar 104, incluyendo el apéndice III del anexo de Movimientos de Cuadros Resumen. Encima, el alférez había ofrecido entregarles en otra oportunidad las pautas del abastecimiento logístico de las unidades y dependencias al momento de declararse un estado de emergencia ante cualquier ataque enemigo.

El acusado se declaró inocente ante el Consejo de Guerra Permanente de la Marina, en una audiencia pública que duró los siguientes cuatro meses. El 20 de marzo de 1990, Barrios Coloma fue condenado a 28 años de prisión por traición a la patria. Más de cuatro meses antes de que el entonces (y actual) presidente García fuera sucedido en el cargo. (Carlos Cabanillas)

Tomado de la Revista CARETAS Nº 2017 del 03 de Diciembre 2009

4 comentarios

martin -

ME LLAMA LA ATENCION, UNA COSA.
ESTA MAL ENFOCADO EL ASUNTO.
EL PROBLEMA NO SON LOS CHILENOS QUE QUIEREN INFORMACION, ES LO LOGICO,Y PERU TAMBIEN LO HA HECHO, Y HA HABIDO PERUANOS DETENIDOS EN CHILE
EL PROBLEMA SON LOS PERUANOS QUE VENDEN A SU PATRIA POR UNOS SOLES,
SON TAN MALOS LOS SUELDOS EN LAS FF.AA PERUANAS?
PORQ EL PERUANO VENDE A SU PATRIA ?

ESO ES LO SUSTANCIAL....

salustio -

jajaja...que buena

EL APOGRIFO - Coronel -

Increible, chilenos pierden su virginidad cuando hacen el dos

Cientificos norteamericanos, que estudiaban la sexualidad de las criaturas inmundas en sud-sudamerica, descubrieron, que los rotos tienen su primera experiencia sexual cuando cagan. Aparentemente su himen anal se les rompen cuando hacen el dos.

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